Dama Dorada - Café / Golden Lady - Cafe

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Estaba sentado en una pequeña mesa en la banqueta de un café, leía el periódico y le daba pequeños sorbos a un café express. Entonces ella pasó delante de mí, se detuvo mirando su reloj con algo de impaciencia. Miró hacia ambos lados de la calle, al girar la cabeza su cabello castaño oscuro se movía como si tuviera vida propia. Algunos destellos de luz lo hacían parecer más claro, casi rubio. Vestía una blusa delgada de color amarillo, se veía que no usaba sostén, ya que de ser así se hubiera notado bajo la blusa. Bajo la blusa, una minifalda de piel café claro, sólo le cubría la parte superior de los muslos dejando al descubierto el resto de sus piernas, largas y bien torneadas. Los zapatos de tacón alto que traía puestos acentuaban la curva de sus pantorrillas. No traía puestas medias, el color dorado de su piel hacía que no fueran necesarias.

Volvió a mirar su reloj y se volvió hacia mí, se dirigió a la mesa de junto, pasando justo frente a mí. Pude notar el movimiento de sus senos que confirmaba que no usaba sostén, además la tela delgada de su blusa se ceñía perfectamente sobre sus senos, delineando perfectamente sus pezones y al inspeccionarla con más cuidado se podía ver claramente el color un poco más oscuro que su piel de sus aureolas bajo la blusa. Se sentó en la mesa de al lado, justo frente a mí. Percibí los detalles de su atuendo que no había visto cuando la tuve de espaldas frente a mí. Usaba lentes oscuros y sus labios estaban pintados de un color rosa brillante que contrastaba perfectamente con su piel bronceada. Un collar de piedras azules y verdes colgaba de su cuello y caía entre sus senos. La blusa tenía los botones superiores abiertos dejando al descubierto la parte superior de sus senos cuando volteaba a un lado o al otro. En su muñeca derecha traía una pulsera que hacía juego con su collar. En su muñeca izquierda un reloj con extensible dorado. En uno de sus tobillos usaba una delgada cadena de oro.

Una vez que se hubo sentado, el mesero inmediatamente le trajo la carta. Ella se quitó los lentes obscuros para leerla y pude ver sus ojos verdes. Vi como el mesero se paraba a su lado y le clavaba la mirada en los senos, ajustaba su posición constantemente. Seguramente para seguir viendo sus pezones que quedaban expuestos con sus movimientos. Sus ojos también recorrieron sus piernas bronceadas. Al sentarse había cruzado las piernas y su falda se levanto, dejando al descubierto casi la totalidad de sus muslos. Desde mi lugar yo también admiraba sus piernas y a veces dirigía mi mirada a sus senos. Pero como se volvió a poner los lentes oscuros era imposible saber a quién miraba, por lo que mis miradas eran discretas, temiendo que me descubriera mirándola abiertamente.

Descruzó las piernas para tomar su bolsa y hurgar en ella. Sus muslos estaban ligeramente separados y alcance a ver entre sus piernas los labios de su sexo coronados por su vello púbico muy corto. En eso el mesero le trajo el café que había ordenado y unas galletas. Se tomo su tiempo limpiando la mesa y acomodando las cosas en ella mientras su mirada no dejaba de recorrer su cuerpo, pasando más tiempo en sus senos. Se le había desabrochado un botón más de la blusa y ahora yo podía ver claramente la parte central de sus senos bronceados enmarcando el collar de piedras verdes y azules y estaba seguro de que desde su posición el mesero podía ver claramente sus pezones. Antes de retirarse, y seguramente porque vio que tenía las piernas ligeramente abiertas, el muchacho dejo caer una cuchara “accidentalmente” y se inclinó para buscarla debajo de la mesa contigua, su mirada clavada en la entrepierna de la mujer.

Saco un celular de su bolsa y se puso a hablar en el, gesticulaba animadamente, por lo que sus movimientos me dejaban ver sus pezones ocasionalmente, sus piernas seguían ligeramente separadas, exponiendo a mi vista su sexo.

Cuando terminó su café pidió la cuenta y después de pagarla, se retiró, la seguí con la mirada hasta que desapareció al doblar la esquina no sin antes obtener una serie de miradas de admiración tanto del mesero que se quedó en la banqueta mientras se alejaba como de otras personas que pasaban a su lado.

Me dí cuenta que tenía una erección y me dirigí al baño a masturbarme.


I was sitting at a small table in a sidewalk café, reading the newspaper and sipping an espresso. Then she walked by right in front of me, she stopped glancing at her watch impatiently. She looked to both sides of the street, as she turned, her dark brown hair moved as if it had a life of its own. The glow of sunlight made it look clearer, almost blond. She was dressed in a thin yellow blouse and you could see she wasn’t wearing a bra since if she did it would have been visible under her blouse. Below the blouse, a tan leather miniskirt, it only covered the upper part of her thighs showing the rest of her nicely rounded long legs. The high heel shoes she was wearing highlighted the curve of her calves. She wasn’t wearing stockings, the golden hue of her skin made that unnecessary.

She glanced at her watch again and turned towards me, she walked to the table next to mine, walking right in front of me. I could notice the movement of her breasts confirming that she wasn’t wearing a bra, besides the thin material of her blouse hung to her breasts, perfectly outlining her nipples and on closer inspection you could clearly see under her blouse the color of her aureoles, slightly darker than her skin. She sat at the table, right in front of me. I saw some details of her apparel that I hadn’t seen when she sat in front of me. She was wearing dark glasses and her lips were done in a bright pink lipstick that contrasted perfectly with her bronzed skin. A necklace of blue and green stones hung from her neck falling between her breasts. The blouse had the top buttons undone leaving the upper part of her breasts exposed when she turned from side to side. On her left wrist a watch with a gold band. On one of her ankles she was wearing a thin golden chain.

Once she sat, the waiter immediately brought her the menu. She took of her dark glasses to read it and I could see her green eyes. I saw the waiter standing at her side, his gaze fixed on her breast and constantly adjusting his position. Surely in order to keep on watching her nipples; that were exposed with her movements. When she sat down she had crossed her legs and her skirt rose exposing almost all of her thighs. From my place I was also admiring her legs and sometimes my gaze traveled to her breasts. But since she put on her dark glasses again it was impossible knowing who she was looking at, so my glances were discreet, afraid that she would discover me watching her brazenly.

She uncrossed her legs to grab her purse and rummage inside it. Her thighs were slightly parted and I could see between her legs the lips of her pussy covered by her well trimmed pubic hair. Just then the waiter brought her the coffee she had ordered and some cookies. He took his time cleaning the table and arranging stuff on top of it, his gaze never stopped traveling over her body, spending more time on her breasts. Another button of her blouse had come undone and now I could clearly see the middle part of her bronzed breasts framing the blue and green stone necklace and I was sure that from his position the waiter could clearly see her nipples. Before going away, and surely because he notices her legs slightly open, the boy “accidentally” dropped a spoon and bent over to search for it under the table, his gaze fixed between the woman’s legs.

She got a cel-phone from her purse and began talking, she moved her arms animatedly, her movements exposing her nipples occasionally, her legs were still slightly parted, exposing her pussy to my gaze.

When she finished her coffee she asked for the check, and alter paying it, she walked away, I followed her with my gaze until she disappeared turning the corner, not before getting a handful of admiring looks both from the waiter who stood at the sidewalk as she walked away as well as from people passing by her side.

I realized I had a hard on and I went to the restroom to masturbate.